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El Gremio de los Magos - Trudi Canavan

Título original: The Magician’s Guild
Autor:  Trudi Canavan
Saga: Crónicas del Mago Negro I
Año: 2001
Páginas: 448
  





Sinopsis
Cada año los magos de Imardin se reúnen para realizar, junto con la guardia real, una gran purga en las calles de la ciudad: la vacían de vagabundos, pícaros y maleantes. Son maestros en las diversas disciplinas de la magia, y saben que nadie puede oponérseles. Pero su escudo protector no es tan impenetrable como creen.
Porque Sonea, una joven que vive en la calle, está furiosa tras ver que su familia y sus amigos van a ser expulsados de la ciudad. Toda la rabia acumulada por años de injusticia va concentrada en una piedra que Sonea lanza contra las fuerzas del orden. Para sorpresa de todos, la piedra atraviesa la barrera invisible y derriba a uno de los magos.
El peor de los temores del gremio se ha hecho realidad… hay un mago sin educar en las calles. ¡Un mago fuera de la nobleza! Deben encontrar a Sonea cuanto antes, porque se trata de una persona con un poder enorme que, descontrolado, representa una amenaza tanto para quien lo posee como para el resto de la ciudad.

Del otro lado del muro
La vida en la ciudad no es fácil, o al menos no para la mayoría. Fuera de los muros de la ciudad existe un gran asentamiento de indigentes y ladrones, que se cuelan en la ciudad siempre que pueden para mendigar, robar o conseguir algún trabajo que permita su subsistencia.
Se dice en Imardin que el viento tiene alma y que al barrer las estrechas calles de la ciudad se lamenta por lo que encuentra a su paso. El día de la Purga, silbaba entre los mástiles que se mecían en el Puerto, cruzaba en tromba las Puertas de Poniente y aullaba entre los edificios. Entonces, como abrumado por lo que había visto, se transformaba en un leve gemido.
Sonea, una chica flaca de pelo corto que casi parece un niño, tiene algo más de suerte. Sus tíos (ella es huérfana) consiguieron un trabajo aproximadamente estable y alquilan una habitación que casi no pueden pagar, dentro de la ciudad. La Purga es hoy, ya no tiene que ver con ella, pero escucha a los guardias decir algo que la inquieta, y decide contactarse con sus viejos amigos, que ya se encuentran manifestando frente a los magos. Ahi están los hechiceros, tras su escudo mágico, mirando a la muchedumbre enardecida. Hay miradas de lástima, pero también muchas despectivas. Sonea se deja llevar por su furia y lanza una piedra... que tras un fogonazo de luz atraviesa la barrera y deja inconsciente a un mago.
Hay un viejo dicho: solo un idiota, un mártir o un genio puede asesinar a un mago.
El que está a su lado levanta la mirada y señala a la chica. Aunque le grita a sus compañeros que no le hagan daño, la suma de la magia de aturdimiento que cada mago aplica a quien cree que es el blanco termina matando a una persona... la persona equivocada.

Jugando a las escondidas por los siglos de los siglos
Sonea sabe que la buscan y sus amigos la ayudan a esconderse, mientras que los magos tratan de encontrarla porque un mago espontáneo suele perder el control de sus poderes de manera catastrófica. Algunos como Rothen, el mago que la vio, opinan que debe dársele la oportunidad de entrar al Gremio. Otros opinan que simplemente hay que sellar sus poderes y devolverla a la escoria de la que salió.  Fergus, el damnificado por el piedrazo, parece tener sus propios planes retorcidos, ya que pide la tutela de la chica si es que la encuentran a tiempo.
El amigo que más la socorre es Cery, un chico que está enamorado de ella y que la contactará con el sindicato de ladrones, los únicos que pueden hacerla desaparecer.
El juego del gato y el ratón ocupa exactamente la mitad del libro. Demasiado para mi gusto.

Opinión. Una saga con nombre extraño
Una narrativa ágil y entretenida. Capítulos planificados (es algo extraño encontrar eso en una autora) y personajes interesantes, pero que me dejan la sensación de no tener toda la profundidad que deberían tener. Por primera vez siento que la autora no pudo ponerse del todo en los zapatos de sus personajes hombres, así como tantas veces le sucede a los autores con sus mujeres inventadas.
Me gustó mucho que haya ciertas burlas a los clichés del género fantástico en general.
Eso no estuvo bien», refunfuñó Cery. Se suponía que los villanos tenían que revelar sus planes, ya fuera por error o en un arrebato de fruición.
Creo que el mayor error está en, paradójicamente, la estructura. Si bien se agradece su existencia, debería dejar margen para algo más de libertad, o acaso era necesaria otro tipo de estructura. Siento que las partes de la historia se extienden demasiado, sobre todo la primer mitad del libro. Aunque hay progresión, esta no justifica realmente tantas páginas, y deja cierto aire de repetición. Hay que pensar que Sonea se pasa casi la mitad del libro oculta y realizando intentos fallidos de magia, capítulo tras capítulo. Por suerte, las partes que se centran en la búsqueda de los magos son mucho más interesantes.

Crónicas del Mago Negro... ¿pero quién es el Mago Negro?
Es muy extraño que el nombre de la saga haga referencia a un personaje secundario y misterioso, nada menos que Akkarin, el Gran Lord del Gremio de Magos, casi siempre ausente o distante, misterioso pero aparentemente bondadoso. ¿Por qué la saga lleva su nombre? Tal vez lo sepamos en el próximo libro.

Puntaje:



 
Sonea y Cery

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2 comentarios

  1. yo me he leído la trilogía entera.
    El segundo se me hizo un poco más pesado, pero tiene detalles de interés y el tercero, te deja sin respiración. Da un vuelco entero.
    besos

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    Respuestas
    1. Qué bueno que el tercero sea el mejor. Muchas veces pasa que las sagas van decayendo. En cuanto al segundo, no sería la primera vez que algo que a otros les parece denso a mí me entretenga más :P

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