Swift

Violín - Anne Rice

Título original: Violin
Autor: Anne Rice
Año: 1991
Páginas: 347







Sinopsis
Triana, una mujer única y fascinante -que alguna vez soñó con ser una eximia intérprete de música- y Stefan el diabólico violinista, el atormentado espíritu de un aristócrata ruso que comienza a perseguirla y a usar su violín mágico para encantarla, luego para dominarla y por último sumergirla en un estado de demencia a través de la música que ella ama. Pero Triana comprende el poder de la música incluso más que Stefan, y se propone a resistirse a él, al tiempo que lucha por conservar la cordura y la vida. La contienda arrastra a ambos a un aterrador reino sobrenatural donde se encuentran rodeador de recuerdos, de horrores, de verdades sobrecogedoras.

Advertencia
Este libro no debe ser ni siquiera ojeado por personas que hayan tenido un fallecimiento entre sus seres queridos y aún no hayan salido del duelo. Los demás sigan leyendo.
Me gusta llorar sola. Llorar sin pausa me hacia sentir maravillosamente bien, totalmente lejos del menor atisbo de censura. Nadie que me dijera sí ni no, nadie a quien pedir disculpas, nadie que interviniera. Llorar.
Muerte, dolor y culpa
Este libro está plagado, al menos hasta la mitad, de esas tres palabras. Desde la primer hoja no hay consuelo: Triana presencia la muerte de su marido, que padece SIDA desde antes de casarse con ella. La flamante viuda pasa tres días con el cadáver, encerrada, rememorando sus tiempos con el y recordando las otras muertes que marcaron su vida y de las cuales se siente culpable: su madre alcohólica, que murió un día que ella no quiso cuidarla, y su hijita con cáncer, que le hace pensar que tal vez se hubiese salvado si la llevaba a todos los médicos del mundo.
Desde el primer párrafo el dolor y la culpa se entremezclan como sólo Anne Rice puede hacerlo. Salta constantemente de un dolor a otro, de una culpa a otra, emulando los devaneos de una mente casi al borde de la locura. Y siempre parece que Triana está por perder la batalla por su cordura.
Para colmo, la llegada de un fantasma violinista que parece que pretende quitarle lo poco de sana que tiene, no ayuda a la situación.
¡Es muy fácil desear la muerte cuando uno está totalmente sano! Es muy fácil enamorarse de la muerte, y yo lo he estado toda mi vida, y he visto cómo sus más fieles adoradores aflojan al final, cómo piden a gritos poder vivir, como si todos los velos oscuros, los lirios y el olor a velas, como si las grandiosas promesas de la tumba no significaran nada.
La música
Otra cosa siempre presente en la obra es la música, sobre todo las menciones de obras de Mozart Beethoven y unos cuantos compositores rusos. Creo que la autora describe muy bien los sentimientos que estas obras le transmiten, y eso enriquece el libro de principio a fin. Podríamos decir que es lo único constante en la novela.
Mozart fue siempre mi guardián feliz, el  Pequeño Genio le decía yo, el maestro de su coro de ángeles, pero Beethoven es el maestro de mi corazón recóndito, el capitán de mi vida quebrantada y de todos mis fracasos.
Espíritus corpóreos y violines fantasmales
Stefan es un fantasma atractivo y virtuoso, algo flaco para mi gusto, que a diferencia de la mayoría de los fantasmas tiene plena conciencia, puede tomar forma corpórea palpable y creíble, y por lo tanto puede ser visto y oído por cualquiera. No hay nada que explique estos hechos, más que su propio poder de voluntad, lo cual es extraño, porque Rice tarde o temprano siempre termina por explicar de una manera pseudo-científica estas cosas. De hecho, supongo que este fantasma es una versión modificada de aquel presentado en El Sirviente de los Huesos.
Ah, casi me olvido: el violín que toca, nada menos que un Strad largo,  es un objeto fantasmal. Corpóreo como él pero el original ya no existe. Tómenlo o déjenlo.
Como sea, a pesar de mostrar sentimientos por nuestra viuda, Stefan no hace más que volverla loca con su música y remover sus más oscuros dolores, junto con el sentimiento de culpa constante que convive con Triana.
Este dolor constante ocupa más de la mitad del libro. Hasta que de pronto...

Giro argumental
A partir de cierto punto el libro cambia bastante de tono. Si bien el dolor y la culpa están como telón de fondo siempre, dejan de estar a flor de piel, impregnándolo todo. Pero lo que por una parte se siente como un alivio o un respiro, se torna en algo progresivamente insustancial...

Opinión
La primer mitad del libro peca de depresiva-opresiva, pero es la mejor sin lugar a dudas. Tal vez sea porque tengo cierta empatía con el estilo de la autora, pero decididamente logra transmitir todo ese dolor desgarrador. Esto es una búsqueda deliberada (y efectiva) que no muchos lectores comprenden, y abandonan el libro por denso y depresivo. Lo es, pero a propósito.
A partir del cambio, lamentablemente, la narración pierde consistencia página a página. Cuando llegamos al clímax, casi no se lo reconoce como tal, y el final es, muy al estilo de Anne Rice, lo más flojo del libro por mucho. Es más, creo que es el peor final de todos los libros de Rice que leí.
El puntaje final es un promedio entre calidad de las diferentes partes de la obra.

Puntaje:

Estamos en la tumba y dentro de la casa, y todo lo demás es una falla de la imaginación.

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3 comentarios

  1. Hace mucho que lo leí pero recuerdo que me gustaban las partes del fantasma (?). De todas maneras, la protagonista es una Mary Sue de manual y está claro que está basada en la propia Rice... Igual suena mal al decirlo, pero se notaba tanto que estaba hablando de sí misma que me aburrió más que si al menos no Triana no fuese físicamente idéntica a Rice en aquellos tiempos XD.

    Por cierto, el peor final que he leído de esta mujer es el de Cántico de sangre. Ese sí que tiene tela XD.

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  2. Muy buena reseña! y gracias por la advertencia inicial, voy a dejar pasar al menos un año más antes de leerlo me parece XD

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  3. El final es peor que el de Cánticos de sangre??

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