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La Música del Silencio - Patrick Rothfuss


Sinopsis
La Universidad, el bastión del conocimiento, atrae a las mentes más brillantes, que acuden para aprender los misterios de ciencias como la artificería y la alquimia. Sin embargo, bajo esos edificios y sus concurridas aulas hay un laberinto de túneles antiguos, de salas y habitaciones abandonadas, de pasillos serpenteantes y semiderruidos…
La Subrealidad. Allí vive Auri.
Tiempo atrás fue alumna de la Universidad. Ahora cuida de este otro mundo, para ella acogedor, maravilloso, en el que podría pasarse la eternidad mirando. Ha aprendido que hay misterios que no conviene remover; es mejor dejarlos en paz y a salvo. Ya no se deja engañar por la lógica en la que tanto confían en lo alto: Auri sabe reconocer los sutiles peligros y los nombres olvidados que se ocultan bajo la superficie de las cosas

"Quizá no quieras comprar este libro"
Sí, así de contundente es la primer frase que podemos leer de La Música del Silencio, en un prólogo del autor donde nos advierte que este libro no es como los otros y probablemente no te guste.

aunque hayas leído mis otros libros, creo que es justo que te advierta que esta es una historia un poco rara. No me gustan los spoilers, pero me limitaré a decir que es… diferente. No hace muchas de las cosas que tiene que hacer una historia a la manera clásica. Y si lo que buscas es una continuación de la historia de Kvothe, aquí no vas a encontrarla.

En su lugar, habría escrito exactamente lo mismo. Este no es un libro tradicional, no tiene una estructura clásica y es más un spinoff que una continuación propiamente dicha (por eso el 2.5 en lugar de un 3 en el número de la saga). La protagonista es Auri, una ex alumna de la Universidad que durante sus estudios perdió la cordura y ahora vive en la Subrealidad, que no es otra cosa que las partes subterráneas antiguas y abandonadas de la Universidad.

Auri
La breve novela abarca 7 días en la vida de Auri, describiendo su vida cotidiana, su rutina, sus rituales y su preparación para el próximo encuentro con "él" (ya saben de quién hablo). Todo está narrado en tercera persona, pero desde su punto de vista particular, donde los objetos tienen personalidad y deseos, un mundo donde hay un delicado equilibrio que debe ser mantenido.

Auri abrió los ojos y vio un atisbo de luz tenue. Eso era algo muy inusual, porque se encontraba bien escondida en Manto, el más íntimo de sus rincones. Así pues, era un día blanco. Un día profundo. Un día de hallazgos. Sonrió, y en su pecho burbujeó la emoción. (...)
Con movimientos concienzudos, Auri retiró su manta para que no tocara el suelo. Se levantó, y cuando las plantas de sus pies pisaron el suelo de piedra, lo notó caliente. Encima de una mesa, cerca de su cama, había una vasija junto a una pastilla de delicadísimo jabón. Nada se había alterado durante la noche, y eso era buena señal.

A medida que nos sumergimos con ella en la Subrealidad, vamos conociéndola mejor a ella y a su mundo oculto, geográficamente delimitado con nombres extraños como Manto, Doce Amarillo, Puerto o Centenas. Cada sitio tiene su personalidad, su utilidad, peligros y misterios. Hay sitios que deben evadirse y varios son de uso cotidiano, y otros... depende del día, o del lugar mismo.

Dos formas de ver. Dos formas de leer
Cuando leí esta novela me encontré atrapado entre dos sensaciones o sentimientos que no suelen ir de la mano. Entender el mundo desde el punto de vista de Auri es abrirse a un universo mágico, vivo, con personalidad y deseos. Inclusive con algunos rasgos que rozan lo divino o sagrado. Supongo que muchos lectores verán esta cara de la moneda y nada más. Me alegro por ellos.
El otro lado, el lado trágico del asunto, es que sabemos que Auri está demente. No importa cuán simpática nos caiga, cuán mágico nos parezca su realidad o cuán pintoresca nos parezca. Auri está irremediablemente loca y su forma de relacionarse con el mundo le dificulta la vida hasta el punto de poner en peligro su vida o pasarse el día llorando por una cosa nimia. Muchas veces se priva de necesidades necesarias simplemente porque cree que el objeto que necesita no quiere hacerlo o porque al tomarlo rompería un equilibrio que solo está en su cabeza.
Es una historia mágica, pero una historia triste. 

Opinión
No soy muy amigo de los libros desestructurados. Cuando una historia no tiene una introducción, nudo y desenlace suele desagradarme, no porque carezca de estas cosas, sino porque la carencia de una estructura se nota y le hace daño a la historia. Sin embargo, algunas pocas veces podemos toparnos con obras que descartan lasa estructuras y narran otra cosa. No una historia, sino más bien un sentimiento, una idea, una sensación. La Música del Silencio no es una larga descripción, pero con el número de páginas justas. Un capítulo más habría resultado en algo más pesado, pero mantiene un equilibrio entre duración y falta de trama.
El autor sabe que lo que escribió es arriesgado. No solo nos lo aclara en el prólogo, sino que lo vuelve a mencionar en las notas finales.

—No hace lo que se supone que debe hacer —le dije a Vi—. Un relato tiene que tener diálogos, acción, conflictos. Tiene que tener más de un personaje. ¡Lo que he escrito es una viñeta de treinta mil palabras!
Vi dijo que a ella le gustaba.
—Bueno, sí —dije—. A mí también me gusta. Pero eso no importa. Verás, los lectores esperan ciertas cosas de un relato —expliqué—. Puedes prescindir de una o dos si vas con cuidado, pero no puedes pasar olímpicamente de todas ellas. Lo más parecido que tengo a una escena de acción es el momento en que el personaje fabrica jabón. 

Y no contento con decir eso, encasilla esta novela como algo que no debe ser leído

Estaba escribiendo una trunk story. Para quienes no conozcáis ese término, una trunk story es una obra que, una vez escrita, metes en el fondo de un baúl y te olvidas de ella. No es el tipo de historia que puedes vender a un editor. No es el tipo de historia que la gente quiere leer. Es de esas historias que escribes y que, luego, en tu lecho de muerte, recuerdas y le pides a algún buen amigo que queme todos tus escritos inéditos. Después de borrar el historial de navegación de tu ordenador, por supuesto.

Pero sus editores lo aprobaron, y Patrick envió su libro a lectores beta para ver qué opinaban. Y así un libro que debería haber muerto en el fondo de un cajón se transformó en algo hermoso que, si uno lo deja, llega al corazón.
Mi opinión, finalmente, es exactamente lo mismo que dijeron los lectores de prueba, así que utilizaré su frase.

No sé qué pensarán los demás. Seguramente no les gustará. Pero a mí me ha encantado

Puntaje

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